Es hora de recuperar el espacio público

De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, esta dependencia cobra los derechos por poner enseres en vía pública, pero las Alcaldías son las que autorizan previamente. Aquí el caso de un restaurante en la Benito Juárez, que no tiene mesas adentro y afuera tiene 10 y se apropió totalmente de la banqueta. FOTO: CDMX Magacín
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, esta dependencia cobra los derechos por poner enseres en vía pública, pero las Alcaldías son las que autorizan previamente. Aquí el caso de un restaurante en la Benito Juárez, que no tiene mesas adentro y afuera tiene 10 y se apropió totalmente de la banqueta. FOTO: CDMX Magacín

Mensaje Político


Alejandro Lelo de Larrea


Llegó la hora de limpiar las calles de mesas, sillas y recuperar el espacio público. Le toca a los alcaldes. Ya no tienen pretexto. Deberán trabajar de la mano con la nueva directora general del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva (IPDP) de la CDMX, Patricia Ramírez Kuri. No tienen de otra.

El primer paso es que el Congreso de la CDMX cree una Ley para regular el espacio público, pues aunque parezca increíble no existe tal en la legislación de la capital del país.

Otro asunto que tampoco pueden soslayar más y también urge limpiar es el mugrero que tienen las empresas cableras, con miles de kilómetros de cable servible o inservible colgado de los postes prácticamente de toda la ciudad, invasión que proviene de más de 30 años y creció sin medida.

En el primero de los casos, hace unos días confirmó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que las Alcaldías tienen la atribución de autorizar o retirar del arroyo vehicular y las banquetas los enseres, como mesas y sillas que colocan bares y restaurantes, y pagan la cantidad irrisoria de entre $2,112.00 y $4,198.00 anuales, por metro cuadrado. Es decir, entre 170 y 350 pesos mensuales. El consumo de uno o dos clientes.

Esta invasión del arroyo vehicular y las banquetas comenzó hace 5 años con el programa “Ciudad al Aire Libre”. Tenía su lógica: evitar contagios y que no se frenara del todo la actividad económica. Pero el apoderamiento de la vía pública se postergó más de 4 años.

De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, esta dependencia cobra los derechos por poner enseres en vía pública, pero las Alcaldías son las que autorizan previamente.

Sin embargo, ni siquiera exigen a los comercios le permitan a la gente entrar al baño o sentarse en sus sillas y mesas cuando no están ocupadas. Son los dueños de la calle. Tampoco los obligan a otorgar las prestaciones mínimas de ley a sus trabajadores. Prácticamente ninguno tiene IMSS ni sueldo fijo. Ganan de las propinas, lo que violenta la Ley Federal del Trabajo.

Hay casos en que restaurantes y fondas no tiene espacio para ninguna mesa adentro del negocio, pero afuera tienen hasta 10 o más. En colonias de alto poder adquisitivo, proporcionalmente es más regalo el usufructo de la vía pública en beneficio de particulares, pues en estas colonias la renta de un local comercial de unos 120 metros cuadrados rondaría los 50 mil pesos mensuales. Es prácticamente lo que pagan al año, y el ciudadano no gana absolutamente nada y sufre la invasión y estorbo del espacio público.

Hay que sumar a los vendedores ambulantes, los puestos semifijos informales que tampoco aportan un centavo al erario. Y qué decir de los tianguistas, que en los últimos años han crecido, y se colocan con mayor frecuencia en sus sitios habituales. Donde antes estaban un día o dos, ahora están dos, tres y hasta cuatro.

Del cablerío que invade las calles de la capital, en general las autoridades han sido omisas, acaso por temor a las grandes televisoras de señal abierta, que también son propietarias de las principales proveedoras del servicio de televisión por cable, responsables del mugrero aéreo en la Ciudad.

Ha habido esfuerzos loables de algunas Alcaldías por mejorar el paisaje urbano, como Coyoacán, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Álvaro Obregón, pero debe ser una labor del Gobierno de la CDMX, todas las Alcaldías y el Congreso, con una ley del espacio público. Lo veremos.