Placa Central
Juan R. Hernández
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De que los hay los hay. Mire, le cuento, hacia fines de la semana anterior el rockero argentino Diego Kopushian -quien llegó de Buenos Aires a México hace como 15 años en busca de la fama y dinero-, y que junto con su grupo VistaPoint, acostumbra tocar en el Be Boops de la calle de Medellin 188 de la Roma norte -cuyo propietario es Rubén Beck, quien igual era Rockero y a quien todos en este medio conocen como Zaulo-, acompañado por su pareja Laura Iturriaga y una luchadora de nombre Natalia Hernández les ordenó a estas golpear a la periodista “Aurora” -nos reservamos su apellido-, en busca de obligarla a entregarle el control de redes sociales que la periodista creo y operaba para promocionar al músico y su grupo.
La periodista tenía año y medio de realizar tareas de difusión publicitaria en redes sociales y como promotora del músico y su grupo, y como tal hasta financió algunos de sus eventos, lo cual Kopushian no le ha pagado y que suma muchos miles de pesos.
La agresión fue denunciada por “Aurora” en un Ministerio Público de Iztacalco con el agravante de que ella sufre de epilepsia y los golpes que le ocasionaron las acompañantes del rockero podrían haberle causado la muerte.
En las indagatorias iniciales se ha encontrado que Kopushian podría estar en forma ilegal en México, y el caso ha pasado ya igual a Servicios Migratorios en Gobernación.
Otro tema que está haciendo olas en este caso, es que Kopushian afirma “ser muy pero muy cercano” a la exalcaldesa de la Cuauhtémoc Sandra Cuevas, y que saldrá de esta sin rasguño alguno porque Cuevas y su gente lo protegen.
Mire nomás cómo siguen ocurriendo este tipo de cosas en tiempos en que las mujeres reclaman mayor protección contra toda clase de violencia. (colaboración especial en defensa de los periodistas)