Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
¿Qué sabe Martí Batres, jefe de Gobierno, de medicina, de administración de hospitales, de clínicas, de todo un sistema de salud? Seguramente tanto como la actual directora del ISSSTE, Bertha Alcalde Luján, hija de los amigos del presidente López Obrador, Bertha Luján y Arturo Alcalde; o como el anterior director, Luis Antonio Ramírez, hijo del aliado político de AMLO, el ex gobernador de Oaxaca, el priísta Heladio Ramírez.
Es evidente que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE) continuó siendo con la “4T” una cuota a cambio de lealtad y apoyo político, como ocurrió en las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes entregaron la dirección de esa dependencia a la maestra Elba Esther Gordillo porque con sus agremiados del SNTE ayudó a ganar la elección presidencial.
Ahora, la cuota le tocó a Martí Batres: la presidenta electa, Claudia Sheinbaum informó que lo designará como director general del ISSSTE. Cubre el perfil perfecto, según los criterios de la “4T”, igual que sus dos antecesores: 90% lealtad y 10% de preparación en la materia.
A Batres no se le hizo la Dirección General del Infonavit, pues todo apunta que, por petición expresa de López Obrador, va a continuar en el cargo de director general Carlos Hernández, amigo personal de su hijo Gonzalo.
Pero afortunadamente para Batres tampoco lo enviaron al exilio como embajador de Cuba o Venezuela, donde algunos lo ubicaban. Le tocó esa posición que en el paquete incluye lo que puede ser un gran botín: el Fondo de Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), cuyo programa de crédito para este año tiene un presupuesto envidiable de 43 mil 733 millones de pesos, para 38 mil 225 financiamientos para vivienda nueva, usada o construcción, según cifras de la propia dependencia.
Con esta suma, que habrá de incrementarse para 2025, Batres puede hacer el gran “cartel viviendero” con el que siempre ha soñado la familia, desde los tiempos de la reconstrucción tras el terremoto de 1985 en que trabajaban para René Bejarano, su maestro.
Por eso, Batres creó en 1997 la “Unión Popular Benita Galeana”, que se autodenomina como “asociación civil sin fines de lucro con el propósito de que todos tengamos un lugar digno donde vivir”. En realidad, han sido estafadores: prometen vivienda a cambio de afiliarse, pero hay que pagar 5 mil pesos de adhesión más cuotas mensuales a un barril sin fondo. Pasan años y no les entregan nada. Puro engaño.
Desde el arranque del gobierno de Sheinbaum en la CDMX Batres optó por acumular poder en el sector “viviendero”, con César Cravioto como director de la Comisión para la Reconstrucción, a quien le siguió Jabnely Maldonado. Tal Comisión es una “Caja de Pandora”, pero no puede auditarse porque es un fideicomiso.
Actualmente, Batres quería que otro de sus incondicionales, Gerardo Villanueva, fuera designado el titular de la nueva Secretaría de la Vivienda de la CDMX, pero Clara Brugada optó por Inti Muñoz para el cargo. No perdió del todo Batres, pues aunque Muñoz es del grupo de Pablo Gómez, hizo gran alianza política con Batres, que lo designó primero subsecretario de Gobierno y después secretario de la Seduvi. Ojalá que Batres aprenda pronto cuáles son sus responsabilidades al frente del ISSSTE, para que sus errores no vayan a cobrar vidas en clínicas y hospitales. Lo veremos.
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