CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero, (MENSAJE POLÍTICO).–En la Audiencia Parlamentaria Anual en Naciones Unidas, advierte que 2023 se caracterizó por presentar mayores índices de conflictos armados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
En la sede de la Organización de las Naciones Unidas, la presidenta del Senado de la República, Ana Lilia Rivera Rivera, hizo un llamado para poner en marcha acciones concretas para alcanzar la paz y la seguridad internacionales.
Ana Lilia Rivera participó en la Audiencia Parlamentaria Anual en Naciones Unidas, que se llevó acabo este jueves en Nueva York, Estados Unidos, donde se abordó el tema “Poner fin a los conflictos: recetas para un futuro pacífico”.
Ahí, la senadora enfatizó que no existe una receta infalible para un futuro pacífico y mucho menos que se pueda poner fin a los conflictos de forma efectiva y duradera, si continuamos transitando por el mismo camino, pero que el sistema de normas universales es el único medio para el fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales.
Se trata, agregó, de la herramienta más eficaz para la promoción de relaciones cordiales y de cooperación entre los Estados.
“Discutimos aquí cómo lograr la paz, con una organización que surgió en 1945, con el compromiso de no más guerras. Y el entorno que nos rodea nos hace preguntarnos: ¿y qué es lo que falló? ¿Por qué nadie escucha el dolor de la gente que muere todos los días en las guerras?”, cuestionó.
Advirtió que 2023 se caracterizó por presentar mayores índices de conflictos armados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, lo que afecta por lo menos a una de cada seis personas en el planeta.
El rencor y el odio, señaló, sólo se escondió unos años, pero “ha vuelto a surgir con una fuerza tan devastadora, que de imaginar que no se pueda detener, lo que le espera a la humanidad es una atroz realidad que no queremos ni imaginar”.
La presidenta de la Cámara de Senadores dijo que a este contexto se suman las guerras económicas que también matan gente.
“Hoy hablamos de que en el mundo por lo menos hay 35 millones de niñas y niños de cinco años que sufren desnutrición extrema, de los cuales, 9.2 millones tienen padecimientos de forma grave que ponen en riesgo su vida por la desnutrición”, mientras que en muchas partes del mundo se tira y se desperdicia comida.
Las crisis económicas, subrayó, superan los terribles estragos de las guerras, como principal causa de inseguridad alimentaria y malnutrición que viven más de 20 países.
Ana Lilia Rivera alertó que, en un contexto de carencias, de inestabilidad económica, política y social, los conflictos terminan por dinamitar todos los esfuerzos nacionales, regionales e internacionales para el desarrollo y para el bienestar de nuestros pueblos.
Ante este panorama, la senadora enfatizó, que el derecho internacional tiene un papel fundamental para garantizar la protección de los derechos humanos, la lucha contra el cambio climático, el combate a los delitos internacionales y para asegurar la gestión de la migración de una forma regular, segura y ordenada.
Recordó que históricamente, el gobierno de México se ha caracterizado por ser un firme creyente y precursor del derecho internacional.
“Desde la fundación de la Organización de Naciones Unidas, hemos mantenido un compromiso sólido con sus preceptos y con las actividades que se realizan en el seno de sus diversos órganos, siempre con apego a lo que establece nuestra Constitución”.
En este sentido, recordó que los principios que guían la participación de México en el concierto de las naciones son la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la igualdad jurídica de los Estados, la cooperación internacional para el desarrollo, no para la guerra.
Así como el respeto, la protección y la promoción de los derechos humanos, y la lucha por la paz y seguridad internacionales.
Para el Estado mexicano, destacó Ana Lilia Rivera, todos los países somos iguales, sin importar las características económicas, culturales, religiosas y políticas.