El poder del papa Francisco que quiso AMLO

El folio de la “invitación” a la “Udienza generale di Sua Santità Francesco” es el número 22,843, de 28 mil que se entregan todos los miércoles en que el líder de la iglesia católica escucha a sus fieles en la Plaza de San Pedro y les da un mensaje de aliento, que se extiende a todos los turistas, sean o no católicos. FOTO:  CDMX Magacín
El folio de la “invitación” a la “Udienza generale di Sua Santità Francesco” es el número 22,843, de 28 mil que se entregan todos los miércoles en que el líder de la iglesia católica escucha a sus fieles en la Plaza de San Pedro y les da un mensaje de aliento, que se extiende a todos los turistas, sean o no católicos. FOTO:  CDMX Magacín

Mensaje Político


Alejandro Lelo de Larrea


ROMA, Italia.—El folio de la “invitación” a la “Udienza generale di Sua Santità Francesco” es el número 22,843, de 28 mil que se entregan todos los miércoles en que el líder de la iglesia católica escucha a sus fieles en la Plaza de San Pedro y les da un mensaje de aliento, que se extiende a todos los turistas, sean o no católicos.

Al llegar a la inmensa plaza, Francisco recorre todos los pasillos que se conforman por una estructura con vallas, montado en su “papamóvil”. Se sienta en su trono frente a los miles de asistentes para escuchar el “Evangelio según San Juan” en diferentes idiomas. Celebra la realización de la Convención Mundial de Radio María con miles de representantes.

Al final de su audiencia, Francisco suele dar un mensaje político. Este miércoles se sale del guion y suelta una frase en castellano, su lengua materna, pues es argentino: “No olvidemos a los países en guerra. No olvidemos la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Myanmar. La guerra es una derrota, no lo olvidemos. Recemos por la paz”.

Esta gran convocatoria de todos los miércoles es en su calidad de líder mundial de la iglesia católica, aunque en ningún momento puede dejar de lado el cargo monarca del “Estado de la Ciudad del Vaticano”, el nombre del diminuto país ubicado en un polígono de apenas 500 metros cuadrados en el centro de Roma, separado por una barda de unos 10 metros en su punto más alto.

Oficialmente, son mil 400 millones de católicos en el mundo, por eso el papa Francisco es un personaje muy atractivo para los políticos. Saben que suma votos. Los últimos tres presidentes de México, Enrique Peña, López Obrador y Claudia Sheinbaum se reunieron con él, se tomaron fotos con él en algún momento antes de sus campañas presidenciales.

Como dato, López Obrador no se reunió con el papa en turno para sus campañas perdedoras, en 2006 y 2012. En 2015 se encontró con Francisco, ya en sus preparativos hacia 2018, porque quería usar su poder con fines políticos: le pidió ayuda para “pacificar a México”. Audaz, Francisco siempre eludió al tabasqueño, jamás se dejó utilizar, porque además nunca quedó claro cuál sería su papel en esa “pacificación”. Todo parecía que era meramente una visita al país, una foto y ya.

López Obrador siempre supo que Francisco nunca estaría en México durante su gobierno, y por eso nunca se atrevió a dar posibilidades de que eso ocurriría. Era bastante evidente que Francisco no compartía la estrategia de López Obrador, porque daba para sospechar que había un pacto no escrito con la delincuencia.

Acaso por ello, cuando en 2019 en una entrevista con Televisa le preguntaron a Francisco sobre el diálogo entre gobierno y delincuencia, respondió que le sonaba mal. “Es como si yo para ayudar a la evangelización de un país pactara con el diablo”. Al final, el gobierno de AMLO fue el más violento de la historia, con más de 196 mil homicidios dolosos.

Francisco también tuvo su participación involuntaria en las campañas presidenciales de este año en México. Xóchitl Gálvez consiguió una reunión con él y la promovió ampliamente. Sheinbaum, respuesta inmediata: apenas días después también consiguió ser recibida y su foto.

Francisco nunca quiso visitar México en el gobierno de AMLO no sólo por no seguirle el juego político. La relación se complicó también por una carta que le mandó para que la iglesia católica pidiera perdón por la masacre durante la conquista de México, igualito que al rey de España. Esa ya es otra historia. Lo veremos.