Glorieta de Colón
En redes sociales, entre políticos de oposición y hasta de Morena, desde el viernes pasado se difundieron cientos de mensajes de preocupación por el atrevimiento “autoritario” de la titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, de haber acusado penalmente a su homólogo de Morelos, Uriel Carmona, también conseguido una orden de aprehensión con un juez de consigna y hasta haber invadido con agentes capitalinos aquella entidad para detener al fiscal. El temor es porque si Godoy posiblemente violentó el Pacto Federal con esta acción contra alguien tan poderoso como Carmona, qué se pueden esperar los ciudadanos de a pie: “Esta fiscal en cualquier momento te fabrica un delito y te mete a la cárcel”, palabras más, palabras menos fue el sentido de las expresiones de preocupación en redes sociales. Por lo mismo, también abundaron comentarios de que Godoy no debe ser reelecta por otros 4 años como titular de la Fiscalía.
Trampa estadística
Y hablando de la Fiscalía de Godoy, un ejemplo para que vean cómo se las gastan para truquear a la baja las estadísticas de feminicidios en la Ciudad: el pasado jueves, en la estación Hidalgo de la Línea 2 del Metro, Luis Arturo “N”, de 27 años de edad aventó a las vías del tren a Celia “N”, una joven de 19 años, y posteriormente él se lanzó cuando llegaba el convoy, por lo que a ambos arrolló. Por tratarse de la muerte presumiblemente violenta de una mujer, por protocolo se debió abrir una carpeta de investigación por feminicidio. Pero no, para la Fiscalía fue mejor estadísticamente iniciar la indagatoria sólo por el delito de “homicidio culposo por tránsito de vehículos” y sin la menor investigación evitar y cerrar la línea de investigación del feminicidio. Con estas evidencias, si aumentaron los casos de desapariciones en más de 100% entre 2021 y 2022 en la CDMX y se redujeron los homicidios, ¿cómo no sospechar que ahí esconden las cifras de hechos violentos fatales?