Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
El presidente del PRI, Alejandro Alito Moreno y su partido van a tener en sus manos la llave para modificar la Constitución, no sólo en el Senado, también una remota probabilidad de que en la Cámara de Diputados, y con toda seguridad en el Congreso de la Ciudad de México.
Transcurridas las elecciones, Alito, como es más conocido el priísta, ya no tendrá compromiso de ir en bloque con Jorge Romero, el coordinador de los diputados federales del PAN, quien lo más probable es que será el próximo presidente de su partido a nivel nacional.
Con todo y su enorme derrota al no alcanzar ni el 10% de la votación a nivel nacional, y el 9.3% en la capital del país, el PRI puede darle o no viabilidad a las reformas constitucionales de Claudia Sheinbaum, pero también de Clara Brugada, futura jefa de Gobierno. A la presidenta le podrán dar los dos o tres senadores que les falten para la mayoría constitucional. Y en el remoto caso que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) le tumbe a Morena la sobrerrepresentación del 20% como coalición y no alcanzará los dos tercios en la Cámara de Diputados, el PRI cobraría valor.
Esto explica que los principales críticos de Alito al interior de su partido sean los mismos que tampoco quieren a Sheinbaum ni a López Obrador. Por eso el gobierno no se opone a dejarle el partido al ex gobernador de Campeche, que controlará al menos 34 diputados y 17 senadores, porque él nombrará a sus coordinadores.
En la capital del país, el regalito que le dio el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) a Morena de 7 diputados plurinominales, mediante un fraude a la Ley, llevó a ese partido y a sus aliados a tener 43 diputados, apenas a uno de los necesarios para reformar la carta magna local. El PRI tendrá cuatro legisladores locales.
En el probable caso de que el TEPJF echara abajo la asignación de plurinominales por parte del IECM en el Congreso capitalino, y le quitara a Morena alguno o incluso a los siete, el PRI alcanzaría 5 legisladores, que también podrían representar la llave constitucional.
Sin embargo, en la CDMX, por lo pronto, Alito y el PRI no tienen mayor incentivo para apoyar a Morena, porque más allá de sus diputados y algunos concejales, a partir del 1 de octubre no gobernaría ninguna Alcaldía. Además, acusan un agravio: les robaron la elección en la que gobiernan, La Magdalena Contreras. Las demarcaciones que quedaron en manos de la oposición, Cuajimalpa, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Coyoacán son panistas.
Luis Gerardo Quijano, alcalde de La Magdalena Contreras, impugnó la elección y exige limpiarla de ilegalidades. Con ello, considera que se revertiría el resultado a su favor. Él y su partido documentaron un importante número de ilegalidades cometidas desde varios meses antes del inicio formal del proceso por Fernando Mercado, a quien acusan de haber realizado anticipados de campaña e incumplido la veda electoral. También le atribuyen uso indebido de recursos públicos para adquirir voluntades; de programas sociales para coaccionar los sufragios, compra directa de votos el día de la elección y hasta rebase de gastos de campaña.
Dicen que hay todo un compendio de mapacherías de Mercado, experto en la materia, quien a pesar de todo apenas logró una diferencia del 2.8%, que puede ser reversible si es que se limpia la elección, como lo exige el PRI. Esto le daría una Alcaldía este partido, un incentivo para apoyar al gobierno de Brugada, y ella tendría una importante herramienta para controlar los cuatro o cinco votos que tendrá el tricolor en el Congreso. Lo veremos.