Glorieta de Colón
De por si al jefe de la policía capitalina, Omar García Harfuch, no lo digieren en Palacio Nacional, seguramente menos después del viernes, cuando le dio tremenda exhibida al presidente Andrés Manuel López Obrador, de que mintió en su conferencia mañanera o anda mal informado, ni porque todos los días encabeza una reunión de seguridad con los titulares de las secretarías de Defensa Nacional, Marina y Seguridad y Protección Ciudadana. Resulta que el jueves AMLO aseguró en su mañanera que el móvil de un homicidio en las escaleras del Metro Bellas Artes fue el asalto y además que habían detenido a dos presuntos responsables. Pero luego, la dependencia que encabeza Harfuch contradijo al mandatario en un comunicado en que precisaron que no se había detenido a nadie por estos hechos, y tampoco confirmaron que el móvil haya sido el asalto. Si López Obrador faltó a la verdad, mal, porque entonces está incumple una de las tres máximas de la “4T”, que son “no mentir, no robar, y no traicionar al pueblo”. Si estaba mal informado, también mal, porque entonces de qué sirven las reuniones de seguridad. Lo cierto es que la exhibida de Harfuch a AMLO es de antología. ¿Será que se la cobren? Es pregunta.
Porfirio, Cárdenas y AMLO
Ahora con el fallecimiento de Porfirio Muñoz Ledo viene a cuento recordar que en el año 2000 le pedía a Cuauhtémoc Cárdenas que le dejara la candidatura a jefe de Gobierno del DF y que a cambio iba a respaldarlo plenamente para contender por tercera ocasión por la Presidencia. Sin embargo, Cárdenas se empecinó en que el candidato fuera Andrés Manuel López Obrador, con lo que de facto le dio una patada a Muñoz Ledo, quien rompió con el cardenismo y se fue de candidato presidencial del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), aquellos satélites del viejo PRI. Por cierto, el legendario Heberto Castillo también se oponía a López Obrador, porque no lo consideraba un verdadero representante de la izquierda. ¿El tiempo le dio la razón? ¿Cárdenas se habrá arrepentido?