Carlos Díaz de León Valdez
Algunos priistas nostálgicos ven por el retrovisor un pasado exitoso, y quieren replicarlo en condiciones y tiempos irrepetibles. Vedado el “vivir de glorias pasadas”. Debemos usar lentes de graduación muy fina, porque sin miopía no rechazaremos las propuestas novedosas de la nueva generación entreverada (caras nuevas-juventud audaz y nuevas caras-madurez prudente) y comprometida con el México del cambio amplio y profundo, y sean las causas sociales y ciudadanas el faro que nos guíe hacia una mejor y mayor democracia liberal con economía de y con mercados con responsabilidad social. Los males democráticos se curan con una mejor y mayor democracia representativa por participativa. Hoy, los políticos tradicionales con planteamientos fuera de tiempo y lugar, no ven su inviabilidad; otros nostálgicos quieren un regreso al partido hegemónico en automático y sin una adaptabilidad política inteligente; y algunos más, no entienden que la modernidad política, es un desafío para dejar atrás el antiguo régimen que fracasó en democracia económica (muchos pobres y miserables que incrementaron la desigualdad). La sobrecarga poblacional como maldición malthusiana (progresión geométrica poblacional muy superior a progresión aritmética alimenticia) ha vulnerado a la democracia liberal por su insuficiente justicia social.
La juventud con autocrítica comprende los límites de su visión (ni atrasarse, ni excederse), sujeta a varias limitaciones, y entre ellas, muy consumidoras o consumistas y nada o poco productivas. Decía Jesús Reyes Heroles: “la juventud debe evitar las caídas hacía arriba, porque son definitivas e irreversibles”. Los políticos profesionales saben que su obra resulta del trabajo inteligente por objetivo sobre problemas reales; reconocen que sus ideas son influidas por la lectura y la experiencia que les afina su sensatez para decidir por mejores proyectos moldeados por el entorno socioeconómico.
El priismo para ganarse el respaldo ciudadano, será muy creíble para una sociedad que exige inclusión y derechos sociales. El PRI deberá moverse con y al encuentro de una sociedad que cambia, para que el nuevo espejo del PRI refleje y exponga los nuevos proyectos que desarrollen una mejor y mayor democracia sustentada en el capitalismo progresista o socialdemocracia.