Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Ya en esta etapa democrática de México, como no ocurría desde su creación, en 1999, al Instituto Electoral de la Ciudad de México se le cayó y calló el sistema, de manera literal.
A pesar de que tenían la responsabilidad de arrancar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) desde las 20:00 horas y de dar a conocer los conteos rápidos para saber quiénes son las y los ganadores de las Alcaldías en la Ciudad de México, ninguno de los dos hechos ocurrió. A las 22:00 horas, había apenas 18 actas computadas de 13 mil 460. O sea, nada.
No hay justificación para que al IECM se le cayera y callara el sistema que permite conocer a los ciudadanos cómo se va haciendo la sumatoria de las actas de las casillas, lo que había sido una práctica sin falla desde 1997, que brindaba enorme certeza al resultado electoral.
Menos existe justificación para que el proceso de cómputo de actas en el PREP sea tan lento en la Ciudad de México, porque prácticamente el 100% de las casillas electorales se encuentra a menos de media hora de los Consejos Distritales, a donde llevan los documentos para hacer la entrega formal y la integración al sistema.
Si las casillas las cerraron a las 18:00 horas es posible que tardaran una hora en el recuento de los votos y otra hora en entregarlas al Consejo Distrital. Es decir, para las 22:00 horas no hay justificación alguna para que apenas se hubieran contabilizado 18 actas.
También el caso del conteo rápido es otra grave falla del IECM para el caso de las Alcaldías, y del INE para el caso de la Jefatura de Gobierno. Esto, porque en el caso de las demarcaciones territoriales el organismo electoral de la capital también se comprometió a que tendría resultados a más tardar a las 21:00, y tampoco informó nada.
También es un hecho atípico, porque desde los procesos electorales de 1997, tanto para las Presidenciales, Jefatura de Gobierno, Alcaldías, gubernaturas, los conteos rápidos han sido un instrumento estadístico que ha permitido también dar certidumbre a los resultados electorales y por supuesto a la confianza de los mismos.
Tampoco hay justificación de que no se hayan informado los resultados de esos conteos, porque se realizan con base en una muestra estadística representativa, que se copia el resultado de la sábana que se pega afuera de las casillas seleccionadas, se manda a un sistema, se integra la base de datos, y se dan los resultados. Es sumamente confiable, precisamente porque parte ya de resultados, a diferencia de la encuesta de salida, que tiene un amplio margen de error porque depende de que la gente haya querido decir la verdad de por quién sufragó.
A diferencia de los procesos electorales que hemos vivido desde 1997, esta noche la gente se irá a dormir sin que haya información clara, precisa, confiable de parte de las autoridades electorales para saber quiénes son los candidatos que triunfaron en las Alcaldías, en las diputaciones locales, pues hasta el cierre de esta edición nada se sabía.
La realidad es que la elección de la Ciudad de México ya ha quedado manchada por esta grave falla del IECM, y nadie les va a creer si se llega a decir que ganó Clara Brugada. Todo huele a fraude electoral, al mismísimo estilo de Manuel Bartlett, y sólo sería creíble el triunfo de la oposición, de Santiago Taboada. Lo veremos.