Glorieta de Colón
Tal es la desesperación de Morena en la CDMX, que ya ni siquiera se percatan que hacen el ridículo, como le ocurre a Víctor Hugo Romo, el derrotado ex alcalde de la Miguel Hidalgo que tuvo que conformarse con una candidatura a diputado local este año.
Romo mandó a gente que laboró con él en su administración a realizar una manifestación frente a la Fiscalía General de la República, para supuestamente presentar una denuncia por desvío de recursos públicos, en contra del alcalde Mauricio Tabe, del PAN, quien se encamina a su reelección.
El absurdo evidencia además absoluta ignorancia legal, pues su argumento es que la Auditoría Superior de la Federación hizo “observaciones” al ejercicio presupuestario de 2022 de la Miguel Hidalgo, y lo que realmente significa es que les dieron un tiempo límite para subsanarlas.
Esas observaciones suelen ser hasta porque un contrato pudo tener un error de centavos o se les olvidó una firma. Cuando subsane la Alcaldía, vendrá una nueva revisión, pero incluso así estarán todavía muy lejos de que pudiera hablarse de algún desvío.
Batres, con broche de oro
Quien cerró con broche de oro la campaña previa a la campaña, que consistió en entrega y reparto de programas sociales y también asistenciales, es el jefe de Gobierno, Martí Batres, pues a partir de este 1 de marzo inicia la veda electoral.
La administración local lleva más de medio año haciendo eventos en que entrega tarjetas, becas, certificados, vales, de programas sociales, que según su padrón superan los 2 millones y medio de personas beneficiadas. Creen que eso será suficiente para ganar la elección, pero no parece tan claro. En el mejor de los casos, acudirán a las urnas 1.8 millones (70%) de quienes reciben alguna dádiva oficial.
En un escenario muy favorable, obtendrían 1 millón 400 mil votos, si es que el 80% vota por Morena. Todavía les faltan 1 millón 400 mil votos para ganar, que no va a ser nada fácil, porque tendrían que venir de las clases medias, agraviadas por Morena y AMLO.